El fin de las vacaciones de verano en Chile marca el inicio de un nuevo año escolar, lo que implica dejar atrás los horarios flexibles y las rutinas relajadas. Para muchos niños y niñas, este cambio puede generar emociones encontradas, desde entusiasmo hasta ansiedad. Por ello, es fundamental que las familias acompañen este proceso con herramientas que faciliten una transición positiva y segura hacia la vida escolar.
Uno de los primeros pasos es anticipar este cambio y crear espacios de diálogo para que los niños expresen cómo se sienten respecto al regreso a clases. Escucharles sin juzgar y validar sus emociones es clave para que se sientan acompañados y comprendidos. Recordarles que este nuevo ciclo no solo trae desafíos, sino también oportunidades de aprendizaje, diversión y reencuentro con amigos, puede ayudar a generar una actitud más positiva.
Para aquellos niños que muestren resistencia o ansiedad, es importante brindarles apoyo emocional y práctico. Aquí algunas recomendaciones:
Además, es fundamental enseñarles estrategias para manejar el estrés, como técnicas de respiración o la importancia de pedir ayuda cuando lo necesiten. Promover la amistad y el apoyo entre compañeros también es un recurso valioso para que los niños se sientan más seguros en el entorno escolar.
Cada niño vive este proceso de manera única, por lo que la paciencia y el cariño son esenciales. Como familia, el acompañamiento y la confianza que brindemos marcarán la diferencia en cómo los niños enfrentan este nuevo ciclo. El regreso a clases no solo es una oportunidad para retomar el aprendizaje académico, sino también para fortalecer los vínculos familiares y emocionales, creando un ambiente de apoyo y conexión que les permita crecer con seguridad y alegría.
Este año escolar 2025 puede ser una experiencia enriquecedora para todos, siempre que trabajemos juntos para que los niños y niñas se sientan preparados, acompañados y motivados a vivir esta nueva etapa con entusiasmo.